sábado, 6 de diciembre de 2008

VIGILAMELA

(no me la hagás tan difícil)

Domingo por la tarde, tranquilamente un domingo cualquiera, la primavera colaborando con el balcón que pide a gritos: Sentáte y respirá! Todos sabemos que tener un ser querido internado, aunque su problema no sea mas grave que una uña encarnada, es una situación generalmente angustiante para el grupo familiar. Todo bien, vengan de visita, hay horarios dispuestos para esos fines, pero no vengan de PIC-NIC o en patota.

La realidad, los distintos cambios estructurales en la atención por la que está transitando el Hospital, la crónica deficiencia del servicio de vigilancia dejan a enfermería como la única cara visible en los servicios de internación, y la más INDEFENSA. Diariamente somos el blanco de numerosas situaciones de violencia, agresiones, amenazas y hasta el robo de nuestras pertenencias de parte de personas que transitan libremente a cualquier hora por cualquier pasillo del hospital.

Mientras clínica médica y el especialista se ponen de acuerdo en quien se hace cargo del paciente, mientras el cirujano juega a las escondidas y el personal de vigilancia perfecciona la técnica de clonación tratando de aumentar de alguna manera el numero de personal en sus filas, que un domingo por la tarde o durante el turno noche se reduce a la lamentable cifra de 4 personas. Si, 4 agentes para vigilar el ingreso y egreso de personas a un hospital con 500 camas de internación, cuyo servicio de emergencias tanto pediátrico como adultos es el mas importante de la región.

Es evidente que hay que mejorar la seguridad en el hospital, necesitamos un servicio de vigilancia eficiente, acorde a la infraestructura y que el personal ya existente deje de hacer malabares para cubrir precariamente y como puede la seguridad del paciente y de los trabajadores.


X: Cambá

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